Tal como el artista cuyo espíritu se escapa de su cuerpo y habita en sus obras.
Al igual que un niño que obtuvo una golosina y ésta no logra sobrevivir largo tiempo en sus manos.
Como alguien que tiene un don, un regalo, una bendición; y la quiere compartir con todos.
Así puede llegar a ser una frase, una estrofa, una canción, un disco, un abrazo o un beso…
¿Para qué pedir un caramelo y no probarlo…?
¿Para qué tener el espíritu en llamas y no manifestarlo…?
¿Para qué creer que tenemos el corazón lleno de amor y dudar en convidar…?
¿Para qué cantar y no buscar que te escuchen?
Talvez así podamos dejar nuestra huella en el tiempo y todo no sería en vano.
Sigamos cantando, haciendo camino, con el fuego en las manos y al pecho un destino…
Gracias a quienes me esperaron después de largas horas de grabación, a mi padre que me dio un lugar, a Antonio Monzalvo que me prestó el bombo, a Valentino que dijo la frase inicial del tema 11, y a mi esposa Sol que, sin querer, inspira gran parte de mis ideas, mis ganas de seguir y compartir lo que hago.